Sobre mí: capturando recuerdos que trascienden el tiempo

Mi historia con la fotografía comenzó en casa, con mi padre, quien decía que este arte consistía en capturar la luz y el tiempo. Aunque de niño no compartía su pasión, con la llegada de la fotografía digital descubrí su magia. Poco a poco, fui dejando atrás las piedras y piezas de ajedrez para centrarme en las personas, explorando sus miradas, gestos y emociones.

Mi búsqueda de autenticidad me llevó al mundo de las bodas, donde encontré lo que realmente me apasiona: capturar sentimientos genuinos, amor puro y momentos que perduran. Pero fue un reportaje especial, realizado a mis padres en sus bodas de oro, lo que cambió por completo mi perspectiva.

Ese día entendí el verdadero poder de la fotografía: conservar recuerdos que trascienden el tiempo. Meses después, tuvimos que decir adiós a mi padre, esas imágenes se convirtieron en un tesoro invaluable, un puente hacia su esencia y nuestro amor compartido.

Hoy, ser fotógrafo de bodas significa para mí mucho más que un trabajo. Es un honor formar parte de las historias de amor de cada pareja, ayudándoles a guardar sus momentos más felices como un legado para siempre. Cada fotografía es un testimonio de emociones sinceras, de historias que merecen ser contadas y recordadas como el mayor de los tesoros.

Fotógrafo de bodas en Cartagena